Edwin Markham

"Burlado" por Edwin Markam

Dibujó un círculo para afuera dejarme-
Hereje, rebelde, así de mi mofarse.
Pero el Amor y yo con ingenio ganamos:
dibujamos un círculo y lo atrapamos!

martes, 28 de febrero de 2017

Donde hay humo....

Dónde hay humo, hay fuego
Como incienso quema la resina del corazón del ocote, pino Monctezuma, llamándonos alrededor del altar Maya.  Nos reencontramos, Cristianos y aquellos que no profesan ninguna fe, Tseltales, Tzotziles, Europeos, Mexicanos, Estadounidenses, Canadienses, Libaneses,  atraídos y atraídas por el olor, el fuego y las flores del espacio sagrado.  Oramos por el despertar de la paz en medio de la crisis política y la violencia, oramos por valentía conforme desaparece la diversidad ambiental a nuestro alrededor, oramos por justicia en comunidades devastadas por la migración, el alcoholismo, el tráfico de drogas.  Oramos por el pueblo Estadounidenses para que tengan la valentía y la perseverancia, la sabiduría y la fuerza para pararse con dignidad, como lo han hecho los Maya una y otra vez, atreves de los siglos, doblándose ante la opresión pero sin romperse, resilientes y resistentes.  En cada oración volteamos hacia el oriente y el occidente, norte y sur. 
Me resisto a abrir mi corazón en este espacio liminal, en el umbral entre el cielo y la tierra, por el olor.  A miles de kilómetros de distancia, las plantaciones de pino de las poderosas empresas forestales se queman como fósforos rojos cubriendo los cielos azulados de Chile con un manto pesado color plomo.  Hogares, iglesias, bosques nativos se contagian y caen como ante una epidemia en llamas. Un brote amenaza al Centro Shalom de la Iglesia Pentecostal de Chile y la reserva nacional de los Altos de Lircay, tierras que conozco como la palma de mi mano,   Como con las otras situaciones mencionadas en las oraciones, hay poco que yo puedo hacer.  Finalmente, cuando volteamos hacia el sur, me entrego:  siento el temblar de colibríes, lagartos, condores, zorros, árboles ancestrales.  Es el terror  ante el  fuego y  la humanidad rapaz.  A miles de kilómetros, en las sierras de Chiapas, rodeada por personas en un lugar donde "el amor y la verdad se darán cita, la paz y la justicia se besarán" (Salmo 85:10) lucho contra una desesperación insidiosa y respiro profundo, llenando mis pulmones con el olor de compromiso, imaginación y gozo que abunda en medio de la lucha por Shalom.  "Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio." (2 Tim. 1:7)
Elena Huegel

2 de feb. 2017