Edwin Markham

"Burlado" por Edwin Markam

Dibujó un círculo para afuera dejarme-
Hereje, rebelde, así de mi mofarse.
Pero el Amor y yo con ingenio ganamos:
dibujamos un círculo y lo atrapamos!

martes, 28 de mayo de 2013

Demos gracias en todo

CUENTO: Demos gracias en todo

Había una vez en pueblo Africano, una mujer cristiana quien tenía tres hijas.  Linda, la mayor, tenía unos 15 años de edad mientras que Numsa, la Segunda hija, tenia 12 años.  Nala, la más pequeña tenía solamente 6 años.

Un día, después de varios días de estar encerradas en la casa porque el mal tiempo y las lluvias no permitían salir, las tres hermanas comenzaron a pelearse y quejarse.  Una le molestaba a la otra, otra le gritaba a una, y así siguieron hasta que todas tenían los nervios de punta.  La mama, fastidiada ya con el comportamiento de sus hijas, decidió ensenarles, con la ayuda de Dios, una importante lección.  Las llamo, “Lindi, Numsa, Nala, vengan por favor.”  Luego les dijo, “Hijas mías, aun en las tormentas debemos vivir de tal manera que en todo estamos agradecidas del Señor.  ¿Me podrían ustedes contra alguna cosa por la cual ustedes sienten que no le podrían dar gracias a Dios?”

Lindi contesto primero, “Mama, yo no puedo darle gracias a Dios cuando la vecina nos pide que yo le cuide al hijo.”  Sucedía que la vecina tenía un pequeño de 3 años de edad quien era terriblemente inquieto.  Cuando la vecina salía de compras le pedía a Lindi que fuera a cuidarle al niño.  Además de que la vecina siempre se tardaba  mucho más  tiempo en regresar de lo que le prometía a Lindi, la muchacha tenía que estar siempre atenta a las travesuras del niño quien siempre estaba tratando de treparse por un árbol o tirarse al pozo.  “No,” dijo Lindi, “nunca estaré agradecida por tener que cuidar al hijo de la vecina.”

Sigue enseguida Numsa.  “Mama, yo no puedo estar agradecida con Dios cuando viene la abuela a vernos.”  No era que Numsa no quisiera a su abuela.  La verdad era que la quería mucho pues era una mujer amable y generosa.  Lo que pasaba era que la abuela vivía en un pueblo que quedaba a unos tres kilómetros de distancia.  Cada vez que venía a visitar la familia de su hija, se acordaba que el agua del pozo en el pueblo donde vivía no tenía buen sabor.  Por lo tanto, siempre le pedía a Numsa que llenara dos vasijas grandes con agua del pozo, “aquí donde el agua sabe tan rico,”  y que le ayudara a cargarlas de regreso hasta su casa.  La abuela estaba muy enferma de su espalda por lo tanto Numsa terminaba haciendo todo el trabajo llevando las vasijas llenas de agua los tres kilómetros hasta la casa de la abuela y trayendo las vasijas vacías de regreso.  “No,” dijo Numsa, “Nunca estaré agradecida cuando viene la abuela de visita.”

Por último, hablo Nala.  Siendo una niña pequeña sin mucha experiencia pero una gran imaginación dijo, “Mama, yo no estaría agradecida con Dios si me persiguiera un león.”  La verdad era que Nala nunca había visto un león ni tampoco vivían leones por esas partes.  Pero ella se imaginaba que eso era lo peor que le podría suceder.  “No,” dijo Nala, “Yo nunca podría darle gracias a Dios si me persiguiera un león.”

Esa noche, la mama se hinco al lado de su cama y le rogo a Dios.  “Señor, te pido que tu le ese-es a mis hijas a estar agradecidas en todo.  No si como lo harás pero sé que tu les puedes enseñar y que será una lección muy importante para ellas.”

A la mañana siguiente, muy temprano, alguien llego a la puerta y toco muy fuerte: toca, toca, toca.  ¿Adivinen quien era?  La vecina.  Lindi todavía estaba acostada pero ya sabía lo que iba a suceder.  “Vecina,” dijo la señora, “Sabe que me vinieron visitas inesperadas y tengo que ir corriendo al Mercado para traer algo especial para la comida.  ¿Podía, por acaso, su hija Lindi cuidarme a mi angelito?”  “Lindi,” grito la mama, “la vecina te necesita.”  Lindi se levanto de muy mala gana, quejándose en voz baja, se vistió y se fue a la casa de al lado.

Pero tuvo una gran sorpresa al llegar allá.  Sucede que la visita era nada menos que el sobrino de la vecina quien recién había entrado al ejército y estaba de paso a ver a su tía. Era un joven muy apuesto con su Nuevo uniforme además de muy cortes y atento.  Lindi paso una mañana de lo más agradable conversando y riéndose con él mientras los dos entretenían y vigilaban al niño de la vecina.

Al medio día, adivinen quien llego de visita…  La abuela.  Después de dejarle unas frutas y un tejido a su hija, llamo a su mienta.  “¿Numsa, Numsa, podrías ayudarme a llevar dos vasijas de agua a mi casa?  El agua de este pozo sabe mucho más rica.”  Por fuera, Numsa le sonreía a la abuela y le decía que si, pero por dentó, se enojaba y se acordaba que había acordado juntarse con sus amigas.  De mala gana, lleno las vasijas y se fue caminando con la abuela.

Por el camino, iban conversando y la abuela le contaba muchas historia de como había conocido al abuelo y como era cuando ella era joven.  Le conto a Numsa que el otro día, al estar revisando sus cosas, había encontrado un anillo de marfil que le había regalado su esposo cuando estaban recién casados.  Llegando a la casa, le mostro el anillo a Numsa y le dijo, “Mira, Numsa, yo quiero regalarte este anillo para agradecerte por todas las veces que me has ayudado con el agua.  Nunca te has quejado y siempre lo has hecho de buena gana.  El anillo es tuyo.”  Numsa se lo probó y le quedaba perfectamente.  Le dio las gracias a la abuela.  Casi corrió los tres kilómetros de regreso a su casa con la emoción de mostrarle el anillo a su mama y de contarle lo que había pasado.  Ninguna niña de doce años en su pueblo tenía un anillo tan lindo como éste.

Nala salió a jugar en la tarde con su muñeca.  Ella se entretenía sola en un arroyo seco donde había muchas piedritas.  Jugaba a la casita con la piedritas y la muñeca allí en medio del arroyo seco.  ¿Se acuerdan que les dije que había estado lloviendo?  ¿Saben lo que pasa en los arroyos secos cuando llueve mucho?  Se llenan de agua muy de repente.  Pues Nala estaba allí jugando cuando sintió algo y luego escucho un ruido.  Era un rugido bajo y fuerte.  ¡Cuando voltio, vio un león!  Con el susto, dejo su muñeca y corrió hasta el árbol mas cercano y se subió en un dos por tres.  No había casi llegado hasta la última rama, cuando escucho otro ruido.  Era el rugir de agua.  Una ola enorme de agua venia corriendo por el arroyo seco y en pocos minutos se llevo la muñeca, la casita de piedra, y el león.  Si Nala hubiera estado jugando en el arroyo cuando vino el agua, se hubiera ahogado.  Pero con al subirse al árbol con el susto del león, se había salvado.

 Esa noche, la mama junto a sus hijas y les pregunto si habían aprendido algo en ese día.  Lindi, se sonrojo un poco y dijo, “Le doy gracias a Dios porque hoy la vecina me pidió que cuidara a su hijo.”  Numsa dijo, “Le doy gracias a Dios porque tengo un cuerpo sano para ayudarle a la abuela a cargar agua.”  Nala dijo, “Le doy gracias a Dios porque me persiguió un león, y me salve del agua al subirme al árbol.”

Esa noche, la mama se arrodillo junto a su cama y le dio gracias a Dios por enseñarles a sus hijas a estar agradecidas en todo.  Y esa fue una lección que jamás olvidaron.

lunes, 20 de mayo de 2013

A pesar de la lluvia...

A pesar de que no pudimos hacer el Bosque de los Desafíos por la lluvia, disfruté mucho de estar con cada uno de los miembros del equipo que fueron al Centro Shalom este fin de semana.  ¡Qué el Señor les bendiga!


Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos,
que el viento sople siempre a tus espaldas,
que el sol brille cálido sobre tu cara,
que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos,
y hasta tanto volvamos a encontrarnos,
Dios te guarde en las palmas de sus manos” 

Centro Shalom en mayo





lunes, 13 de mayo de 2013

Arco iris



Te escribiría un arco iris


Te escribiría un arco iris
Por Ann Weems

Si pudiera, te escribiría un
arco iris
chapoteado con todos los
colores de Dios
y lo colgaría en la ventana de
tu ser
para que cada mañana
nueva de Dios
Tus ojos abrirían primero
A Esperanza y Promesa.
Si pudiera, secaría tus
Lágrimas
Y te abrazaría cerca para siempre en
Shalom.
Pero Dios nunca prometió que yo
Pudiera sufrir por ti.
Solamente prometió que yo podría amarte.
Eso hago. 

lunes, 6 de mayo de 2013

Conversación 24: El modelo Bíblico de Shalom


Conversación 24: El modelo Bíblico de Shalom
El modelo Bíblico nos entrega un cuadro único e innovador dentro de este marco teórico.  La palabra Shalom, que viene del  hebreo, caracteriza el modelo Bíblico para la reconciliación y la transformación de las relaciones a todos los niveles.  Como hemos dicho anteriormente, esta palabra es más que la palabra paz;  es el deseo de las mejores y más ricas bendiciones y es el sentido de tranquilidad, armonía, cooperación y  bienestar personal, comunitario y estructural.
            Pero hay que entender que este no es un modelo estático, sin cambios ni crecimiento.  Más bien el Shalom es un proceso  que se tiene que analizar por medio de un lente muy especial:  el lente de la fe.  “La cualidad de la fe significa entonces vivir según una realidad que no se ve.  Por ello constatamos que la fe es a menudo antitética con el realismo de este mundo.  La fe hace que lo invisible, lo deseable pero perpetuado como imposible, aparezca.[. . .]  En el fondo, la fe nos dice que la visión del futuro cambia y altera la lógica de nuestra vida actual.  Tener fe no significa constatar y cuantificar cómo es el mundo ahora, sino declarar cómo tendría que ser.  La fe proyecta en el presente la realidad verdadera del mañana (Lederach, Seguir 103-104)." Esta perspectiva de la realidad es fundamentalmente diferente de la que se divisa en un marco teórico secular.  El proceso del Shalom, a la luz de la fe, es como un río que baja de las montañas y va al mar.  Tiene un cauce definido y una meta clara pero está en constante cambio y movimiento. Por medio de la fe se tiene claro de dónde se viene y el futuro que moldea el presente.  El río sale de la montaña de Dios y sin lugar a dudas llegará al mar del Shalom.  Cada cascada, cada roca, cada curva, cada desviación en el curso está definida por la meta final.  En cambio, los  procesos educativos seculares son como extraer un vaso de agua del río, analizar y modificar su contenido e integrarlo de nuevo al torrente con la intención de cambiar el curso del río y transformar el mar.


El proceso Shalom se realiza en tres círculos fundamentales donde se necesitan la  reconciliación y la transformación.  El primer círculo es el de la persona en quien se busca la sanidad en mente, cuerpo y espíritu.  El segundo círculo es el de la comunidad donde se construye la justicia económica y se trabaja sobre la base de la transformación de conflictos.  El tercer círculo es el de la tierra o el medio ambiente donde es menester restablecer el tejido ecológico de la biodiversidad.  En las intersecciones de  estos círculos, se dan instancias o espacios particulares para lograr la reconciliación y la transformación.  Entre la persona y la comunidad encontramos un llamado a la sencillez y el equilibrio entre las necesidades del individuo y las de la comunidad.  Entre la comunidad y la tierra, surge la misión de la eco justicia.  Entre la tierra y la persona se encuentra un espacio especial para el retiro y el crecimiento dentro del programa de campamento y la recreación.  Este proceso dinámico gira siempre dentro de los planes y los designios de Dios a los cuales se integra el Centro Shalom como una instancia de reconciliación y transformación.

viernes, 3 de mayo de 2013

jueves, 2 de mayo de 2013

Taller de Aprendizaje para la Transformación

¡Saludos a todos!  Acabo de terminar un video con fotografías del taller que facilitamos Patricia Gómez y yo en el Centro Comunitario en Remansito, Paraguay.  Carolina Fernández coordina este proyecto.  ¡Disfruten del video!

http://www.youtube.com/watch?v=OUhmVYJH8m4&feature=em-upload_owner

miércoles, 1 de mayo de 2013

Socrates y el Chisme


Socrates nos ayuda a bajarnos de la escalera…¡Sin caernos!
Un  discípulo  llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
http://www.obispadogchu.org.ar/caminante/images/Los3Filtros.gif- “¡Maestro!  Quiero  contarte cómo  un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia...
Sócrates lo interrumpió diciendo: -“¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de los Tres Filtros lo que me vas a decir?
-“¿Los Tres Filtros...?
-“Sí” - replicó  Sócrates. El primer filtro es la VERDAD.  –“¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?”
-“No... lo oí decir a unos vecinos...
-“Pero  al  menos lo habrás  hecho pasar por el segundo Filtro, que es la BONDAD: ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?”
 -“No, en realidad no... al contrario...
 -“¡Ah!” - interrumpió Sócrates.- “Entonces vamos a la último Filtro. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?”
 - “Para ser sincero, no.... Necesario no es.
 -  “Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario... sepultémoslo en el olvido...”
¿Tienes algo que decir a otra persona?. Recuerda pasarlo por la VERDAD, la BONDAD y la NECESIDAD antes de decirlo.