Edwin Markham
"Burlado" por Edwin Markam
Dibujó un círculo para afuera dejarme-
Hereje, rebelde, así de mi mofarse.
Pero el Amor y yo con ingenio ganamos:
dibujamos un círculo y lo atrapamos!
sábado, 20 de abril de 2013
Conversación 23: La Transformación
Una vez que ha comenzado el proceso de la reconciliación, se abren las puertas a la transformación de situaciones de violencia, enajenamiento y destrucción convirtiendo el conflicto en un espacio de potencial crecimiento.
En la naturaleza, los ecosistemas funcionan en
base a la interdependencia de los seres vivos y la materia inerte. Estos
complejos sistemas compuestos de ciclos, como el del agua o de la vida y la
muerte, llegan a desequilibrarse cuando fuerzas internas o externas alteran sus
interacciones normales. Bajo estas
circunstancias, un sistema puede entrar en crisis, un punto decisivo en su
supervivencia. La crisis es donde parten
dos caminos: una se dirige hacia el
crecimiento y la transformación y la otra, hacia la destrucción. Los seres humanos también forman parte de
sistemas relacionales y sociales.
"En la experiencia humana hay sistemas sociales con patrones de
interacción (comunicación, reglas relacionales, distribución de poder, etc.)
que también son esenciales para el nutrir y sobrevivir de la vida humana. [. . .] Los patrones de interacción
en estos sistemas emocional-relacionales ayudan a determinar el bienestar de
individuos, comunidades y la sociedad entera.
Sistemas relacionales sanas nutren.
Sistemas relacionales tóxicos destruyen (Smucker 235)."
La misión del Centro Shalom propone
crear instancias de crisis donde las personas, en un ambiente seguro y
respetuoso, se enfrenten a la realidad de estos sistemas relacionales y a los
desafíos de crear una sociedad donde se balancean la verdad, la misericordia,
la justicia y la paz. Es en los momentos
de crisis, ya sea crisis personal o grupal, que se dan las oportunidades para
escoger el camino hacia la transformación.
Se
pretende contribuir a la formación de agentes de esta transformación, quienes
tendrán la responsabilidad de llevar a la práctica las teorías y las vivencias
educativas que ellos investigarán y experimentarán dentro de los variados
programas.
La visión del Centro Shalom viene de
un profundo compromiso con la visión Bíblica para las relaciones humanas, las
estructuras sociales y la intención
original de Dios para toda su creación.
El tercer cuadro, que completa nuestro marco teórico, presenta el modelo
Bíblico de Shalom; una visión que nace de una relación con Dios y engloba la
reconciliación personal, relacional y estructural.
miércoles, 17 de abril de 2013
Socrates y el Chisme
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.
Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
Espera un minuto -replicó Sócrates-. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen.
Yo lo llamo el examen del triple filtro.
¿Triple filtro?
Correcto -continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.
El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y...
Está bien -dijo Sócrates-. Entonces realmente no sabes si es cierto o no.
Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
No, por el contrario...
Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto.
Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad.
¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
No, la verdad es que no.
Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?
Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
Espera un minuto -replicó Sócrates-. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen.
Yo lo llamo el examen del triple filtro.
¿Triple filtro?
Correcto -continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.
El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y...
Está bien -dijo Sócrates-. Entonces realmente no sabes si es cierto o no.
Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
No, por el contrario...
Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto.
Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad.
¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
No, la verdad es que no.
Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?
domingo, 14 de abril de 2013
Conversación 22: La reconciliación
Conversación 19: La reconciliación
Es en
estudio de la Biblia, como palabra de Dios, que se establecen los objetivos
para un campamento embarcado hacia el shalom de Dios. ¿Cuántos marineros han zarpado sin un rumbo
claro, y a falta de logros, y terminan
naufragando en alguna isla de la desilusión?
Antes de comenzar a diseñar proyectos y crear actividades, es
trascendental sustentar el objetivo general del campamento con los fundamentos teóricos teológicos y educativos
que sirvan de brújula para regir y encausar no solamente los parámetros
generales del programa pero cada detalle de la capacitación del equipo
pedagógico, el trato con los participantes y el ejercicio del shalom en la vida
diaria. Tanto el director como el
equipo pedagógico debe empaparse de las teorías de shalom de tal forma que
éstos moldeen su forma de pensar y actuar.
I. PRIMER CUADRO: La
reconciliación
En la declaración de la visión del Centro Shalom, se
ha dicho que se espera crear un espacio para el reencuentro de y el fortalecimiento
de las relaciones entre las personas con Dios, ellas mismas, otros y la
naturaleza. “Hoy día, médicos,
filósofos, teólogos y científicos están explorando las fronteras de un mundo
donde la relación, en vez del aislamiento, es la clave para entender la
realidad. Desde la perspectiva de la
ecología, el pensamiento sistemático y
la nueva física, el universo es una comunidad dinámica de eventos
interconectados de energía en que cada ser único surge de la influencia de todo
el universo... El amor, en vez del enajenamiento, es esencial para la realidad, de acuerdo a la
naciente visión mundial ya sea desde la perspectiva de la metafísica, la
teología o la ciencia (Epperly 109).”
[EH1] Los
objetivos del Centro Shalom buscan establecer relaciones transformadoras en tres áreas esenciales: en la persona o el
individuo, en la comunidad y en el medio ambiente. Para llegar a la restauración de una relación es indispensable pasar primero por un
proceso de reconciliación. Según John Paul Lederach en su libro Building
Peace (Construyendo la Paz ), la restauración de
las relaciones a todos los niveles de la sociedad es esencial para llegar a una
paz sustentable. La restauración de las
relaciones y la reconciliación entre Dios y las personas, las personas unas con
otras y las personas y la naturaleza se
logra por medio del delicado equilibrio paradójico entre la verdad y la
misericordia, entre la justicia y la paz.
Ambas paradojas crean la energía necesaria para evitar caer en un
atolladero en el camino de la restauración, la reconciliación y la
reestructuración de las relaciones. (30)
Para abrir este espacio para la reconciliación, es
indispensable crear programas y estructuras organizacionales que sean
consecuentes con los valores y los objetivos establecidos. Ser consecuente significa buscar mantener el
equilibrio entre la verdad con su transparencia y reconocimiento y la misericordia
con su aceptación, perdón, compasión y sanidad.
Es equilibrar entre los derechos, la restitución y la equidad de la
justicia, y la unidad, el respeto y el bienestar de la paz. No puede haber
misericordia sin verdad, ni paz sin justicia. (Lederach, Building 30-31)
El desafío del Centro Shalom es explorar los caminos por los cuales se llega a
este espacio de la armonía dinámica de la reconciliación.
lunes, 8 de abril de 2013
Conversación 21: Campamento: ¡Todos abordo!
Conversación 21: Campamento: ¡Todos abordo!
Si
entre ustedes hay alguno sabio y entendido, que lo demuestre con su buena
conducta, con la humildad que su sabiduría le da. Pero si ustedes dejan que la envidia les amargue
el corazón, y hacen las cosas por rivalidad, entonces no tienen de qué
enorgullecerse y están faltando a la verdad. Porque
esta sabiduría no es la que viene de Dios, sino que es sabiduría de este mundo,
de la mente humana y del diablo mismo. Donde hay envidias y rivalidades, hay también desorden
y toda clase de maldad; pero los que tienen la sabiduría
que viene de Dios, llevan ante todo una vida pura; y además son pacíficos,
bondadosos y dóciles. Son también compasivos, imparciales y sinceros, y hacen
el bien. Y los que procuran la paz, siembran en paz para
recoger como fruto la justicia. Santiago 3:13-18
En uno de
los más grandes poemas de la mitología griega, Homero relata la travesía de
Odiseo, quien después de la guerra de Troya, pasa por aventuras y peripecias
para llegar de vuelta a su hogar en la isla de Ítica. Cuando por fin llega a su casa, encuentra
todo en gran desorden y en el momento en que se va a desatar un aguerra civil,
la diosa Atenea interviene procurando un pacto por el cual los itacenses logran
vivir en paz.
La literatura
mundial está llena epopeyas como está que comparan la vida, con todos sus altos
y bajos, a un viaje de aventuras. Sin
embargo, es la Biblia la que nos narra la historia de Dios, quién a través de
los siglos, busca restablecer su relación con el ser humano. Es una historia épica, involucrando naciones,
pueblos, familias y personas en diferentes momentos de la historia por medio de la narración, la
poseía, los proverbios, la escritura de cartas personales y colectivas y otras
formas literarias. Sin embargo, el hilo
conductor que atraviesa todo este recuento es el inmenso amor de Dios quien se
hace humano y redime su sueño de shalom para toda la creación. En la narración Bíblica, Dios nos invita, una
y otra vez, a la gran aventura de viajar por la vida con él, entre
espinos, tormentas y tinieblas o y pastos verdes, cielos despejados y bellezas
incontables. ¿Serán pocos los que se atrevan
a esta travesía en shalom hacia shalom?
En una comunidad o campamento
cristiano, el shalom es la vocación pedagógica.
La búsqueda de shalom se asemeja a embarcarse en un velero cuyo destino
es tan importante como cada uno de los elementos en el proceso: leer el viento
e interpretar las corrientes, coordinar el timón con las velas, izar o recoger
las velas, fortalecer el trabajo coordinado de la tripulación. El director del campamento, como el capitán,
anima a cada uno de los pasajeros (participantes) y a la tripulación (equipo
pedagógico) a reconocerse como piezas esenciales para la navegación segura y
eficiente y descubre formas para empoderar a cada persona al enfrentar las
dificultades que suscitan en el viaje. Juntos, el capitán, la tripulación y los
pasajeros, resuelven problemas, disfrutan de los paisajes y pasan por lugares
inesperados donde se revelan los secretos de shalom. En cada minuto deberán recordar que están
todos “en el mismo barco” y por lo tanto, la unidad es menester.
Navegar
en barco velero toma mucha paciencia y requiere del desarrollo de habilidades
especiales. Cuando el director del
campamento invita a un proceso transformador, primero el equipo pedagógico y
después los participantes deberán estar dispuestos a aprender y a comprometerse
a un proceso que puede que tome mucho tiempo y que finalmente puede cambiar sus
comportamientos, opiniones y sentimientos.
Un campamento en busca de shalom no podrá resolver sus conflictos con
formulas rápidas o ni forzar la transformación.
Para alcanzar shalom por medio del shalom, se tiene que confiar en que
el viento del Espíritu de Dios soplará en la dirección que llevará al destino anhelado
en el momento y la forma precisa.
El
navegar en barco velero también significa que todos tendrán que trabajar duro y
mantenerse involucrados. Poco a poco se
aprenden las habilidades, se cuidan unos de otros y se logra comunicar los
sentimientos, los sueños y las necesidades más profundas. Juntos se traza la ruta hacia el destino;
juntos se administra y se cuida del barco.
Gran parte del éxito del viaje viene en el momento de darse cuenta de lo
emocionante que es emprender una aventura dependiendo de una comunidad que
tiene el mismo objetivo, respondiendo
juntos a las situaciones impredecibles, perfeccionando las habilidades por
medio de la práctica, explorando nuevas rutas, descubriendo lo bello escondido
en el compañero o compañera. Al término
de un campamento Shalom, las relaciones serán más sanas y resilientes y todos
lo que hayan participado en él, estarán preparados para enfrentar el siguiente
desafío con mayor destreza y experiencia.
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