Edwin Markham

"Burlado" por Edwin Markam

Dibujó un círculo para afuera dejarme-
Hereje, rebelde, así de mi mofarse.
Pero el Amor y yo con ingenio ganamos:
dibujamos un círculo y lo atrapamos!

lunes, 18 de marzo de 2013

Conversación 18: Penitencias I



Reflexiones sobre la palabra PENITENCIA e
Implicaciones  en un campamento que busca construir la paz

DEFINICIÓN

Creo que para comenzar esta reflexión, es importante definir la palabra penitencia, según el diccionario y analizar un poco de dónde viene y porqué es tan común en las culturas que hablan español.  El diccionario Larousse define PENITENCIA como:
·         Sacramento en el cual, por la absolución del sacerdote, se perdonan los pecados
·         Pena impuesta por el confesor al penitente
·         Castigo público que imponía la Inquisición
·         Mortificaciones que se impone uno a si mismo (hacer penitencia)
·         Arrepentimiento por haber ofendido a Dios
·         Castigo

Como podemos ver, la palabra está íntimamente ligada a la religión católica y es probablemente por esta razón que la encontramos  introducida en la conversación diaria en el español.  En muchos de los países donde se habla español, la Iglesia Católica ha tenido una profunda influencia, y aunque esta influencia no es del todo mala, esta palabra es un pequeño ejemplo de la gran lucha que libro la Reforma Protestante contra algunas doctrinas y prácticas Católicas. 

La práctica Católica de la penitencia como “pena impuesta por el confesor al penitente”, y aun como “sacramento por el cual, por la absolución del sacerdote, se perdonan los pecados”  se degeneró y corrompió a tal grado que se vendía  el perdón de Dios (las llamadas “indulgencias”) por diferentes sumas de dinero que iban ya sea a los bolsillos de inescrupulosos sacerdotes o a los cofres de la Iglesia.  Para Martín Lutero, uno de los padres de la Reforma Protestante, la venta de las indulgencias permitida y justificada por la Iglesia Católica medieval, era un verdadero secuestro del evangelio de Jesucristo, el cual dependía de la gracia, predicado libremente, y no vendido.  

En cuanto al “Castigo público que imponía la Inquisición” es otra faceta realmente nefasta de esta palabra.    Recuerden que esto es en el tiempo de la colonia, cuando la Iglesia Católica tenía muchísmo poder;  el mismo tiempo en que los protestantes (evangélicos) en Chile no podían casarse y sus cuerpos no podían entrarse en los cementerios por no ser católicos. Tenemos algunos ejemplos de Wikipedia que dicen lo siguiente.
  “El bulto o mayor porcentaje de los procesos inquisitoriales tenía que ver con comentarios personales denunciados por la red de delatores del sistema. En este último sentido, lo más común es encontrar en los archivos de todas las ramificaciones de la Inquisición en América investigaciones sobre todo tipo de afirmaciones dichas en conversaciones casuales. Como por ejemplo la causa seguida contra un vecino de Santiago de Chile, Joan de Barros, procesado por comentar a un amigo que Dios no le "podía hacer más mal ni darle mayores penas en esta vida" que la reciente muerte de su esposa. Una afirmación supuestamente herética, debido a la creencia católica de que Dios todo lo puede. O es el caso de Pedro Ramírez, un vecino de Chiloé, era procesado por haber opinado que la "fé sin la caridad era cosa muerta y que ambas virtudes eran lo mismo". Numerosos otros procesados fueron interrogados por utilizar refranes populares españoles de la época, de pretendidos alcances blasfemos, como: "en este mundo no me veas mal pasar, que en otro no me has de ver penar". Incluso se abrían un numero rutinario de investigaciones en contra esclavos negros que maldecían o blasfemaban mientras eran azotados.12
La mayoría de este tipo de causas (salvo la notoria excepción de las seguidas contra los esclavos), reportaban abundantes beneficios económicos al tribunal y la red de informantes designados por él, por cuanto el acusado en el mejor de los escenarios debería pagar las costas del juicio a sus acusadores. Pero lo normal es que el procesado fuera sometido a multas mayores o al secuestro de todos sus bienes. Tras la acusación, los encausados podían presentar su defensa, pero, de acuerdo con el sistema penal de la época, la Inquisición tenía atribuciones para adoptar medidas cautelares, detención, que solía incluir tormento, antes de emitir su fallo. Las penas, según la gravedad, iban desde penitencias religiosas, multas, azotes, prisión, destierro y muerte.

Al estar pensando en la penitencia, le pregunté a varios chilenos  qué significaba para ellos la palabra en el uso común y diario.  Las respuestas fueron:  “en los juegos de niños, son los castigos inofensivos que se entregan por los demás a un individuo por no lograr el objetivo.”  Esta persona siguió reflexionando, “sin embargo, muchas veces estos juegos de niños van evolucionando y en la adolescencia o entre los adultos jóvenes, se convierten en castigos realmente vergonzosos, dañinos para la salud o traumatizantes. “  Otra joven me dijo, “La penitencia siempre es negativa, aun cuando algunos se divierten, alguien siempre es avergonzado o dañado.”  Un joven me dijo, “Siempre son parte de los juegos de grupo.  Se paga penitencia. Es el riesgo de jugar algo en grupo.  Y si no quieres jugar por no querer arriesgarte a la penitencia, más te van a avergonzar.  Siempre hay alguien de carácter fuerte que es experto en imponer las penitencias que menos gustan.”  “La consecuencia de equivocarse o de no cumplir con lo que se pide.”  “El castigo impuesto por alguien con más poder sobre alguien con menos poder como amenaza o para castigar una falla o una equivocación.”

Ante estas definiciones, podemos concluir que la penitencia es: un castigo personal impuesto por uno mismo sobre uno mismo como para generar el favor o el perdón de Dios, de uno mismo o de otros; un castigo impuesto, ya sea por una persona o por un grupo con poder o autoridad jerárquica, sobre un individuo o un grupo como castigo o con la intención de forzar el ajuste de comportamientos a la normativa establecida; un castigo público con la intención de causar vergüenza personal  o ignominia.  Tiene sus inicios en la teología Católica, particularmente medieval y durante la Inquisición, pero que se ha vuelto una costumbre poco cuestionada en la vida diaria, y en particular, los juegos grupales.  ¡Por todo esto, las penitencias, ni siquiera la palabra penitencia, tienen lugar en un campamento que busca construir shalom!

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