Edwin Markham

"Burlado" por Edwin Markam

Dibujó un círculo para afuera dejarme-
Hereje, rebelde, así de mi mofarse.
Pero el Amor y yo con ingenio ganamos:
dibujamos un círculo y lo atrapamos!

viernes, 3 de octubre de 2014

Manos vacías

Manos Vacías

Cuando las personas se acercan los unos a los otros con sus manos llenas de regalos para dar ni siquiera pueden tomarse de las manos o abrazarse  en saludo. Mucho menos pueden intercambiar sus regalos mientras sus manos están llenas.  Primero, tendrán que dejar a un lado estos regalos para saludarse con las manos vacías.

Dada nuestra lucha constante contra la tentación de crear una actitud de gratitud y así conseguir una influencia sobre otros con nuestros regalos, ¿hay mejor lugar que el altar al pie de la cruz para poner nuestros regalos al acercarnos los unos a los otros?  Una vez que hemos traído nuestros regalos hasta ese altar y las hemos dejado como una genuina ofrenda de gratitud, podemos darle la espalda a los obsequios, y por ese momento, nuestras manos están vacías.

Ahora estamos libres para saludarnos como hermanos y hermanas en Cristo, para abrazarnos para caminar y trabajar juntos en testimonio y servicio, para reír y llorar juntos en el gozo y en las penas experimentadas en la solidaridad.  Después, podemos tomar de ese mismo altar cada uno de acuerdo a su necesidad.  El altar habrá purificado el regalo de cualquier trozo de manipulación y hambre por el control  Cada hermana y cada hermano se convierte en un dador y en un receptor después de que se han encontrado y se han abrasado con las manos vacías.


Por. Frederick R. Wilson
Del Consejo Mundial de Iglesias

Ginebra, Suiza, 1982

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