¿Has sentido
el sonar del viento sobre las hojas de los arboles
Y el ruido
del rio cuando desciende desde la montaña hasta
Llegar el
profundo mar?
¿Alguna vez
has visto al carpintero martillando el árbol sin importarle
Nada más
que su dulce martillar?
¿Te has
detenido alguna vez a contemplar a los picaflores zumbando sobre
La fucsia
cerca del arroyo y su maravillosa manera
de volar,
Has
contemplado la montaña en su hermosura pero sobre todo en su
Gran majestad,
has pensado en cada sendero lo bello de ese lugar y
Te has
permitido mirar el cielo y agradecer al Dios altísimo por su amor y gran bondad?
Por el ser
ese Padre amable y protector sin igual.
Sin embargo, todo eso no es nada si no te das cuenta de la gente
Que camina
a tu lado, adelante o atrás, ése es tu hermano, tú prójimo
O el
necesitado que pide ayuda sin cesar no te ciegues por la belleza
Más bien
abre tu corazón y deja que Dios te use en manera especial.
Cuando
entiendas todo esto entonces realmente tú caminas por Shalom.
Patricia Gómez
01/10/2013
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